En el ámbito esotérico, la pareja de la bruja es una figura mítica o espiritual que puede ser vista como un consorte, un compañero o una parte de una pareja mística. Esta figura puede ser vista como una figura protectora o una fuerza guía para la bruja, o como una manifestación de la energía de la bruja misma. La pareja de una bruja puede ser una figura física o una entidad metafísica, y puede ser un ser humano vivo, un espíritu, un animal, una criatura mítica, un dios, un dios de la naturaleza, un elemento, una criatura mágica o una fuerza de la naturaleza. La pareja de una bruja también puede ser una parte de una pareja trina, que incluye a la bruja, su pareja y la Madre Tierra.
La pareja de una bruja también puede ser un ángel, un demonio, un espíritu familiar o un ente guardian. Esta figura puede o no ser una persona real, pero su presencia puede ser significativa para la bruja. A menudo, la pareja de una bruja se considera una figura protectora que ayuda a la bruja a mantenerse a salvo y enfocada en sus objetivos.
La pareja de una bruja también puede ser una parte de una pareja trina, que incluye a la bruja, su pareja y la Madre Tierra. Esta trinidad se usa como una forma de conectar la bruja con la energía de la Madre Tierra, que la ayudará a manifestar el poder de la bruja. El uso de la trinidad también ayuda a la bruja a desarrollar una mayor comprensión de sí misma, su energía y su conexión con el universo.
Los amarres de amor, deben de realizarse con sumo cuidado. Los rituales que comparto a travez este medio y cualquier otro, son rituales caseros, ello conlleva por parte mía tener especial precausión por su seguridad, lo que hace que no pueda compartir hechizos realmente poderosos (aclaro esto, no puedo compartir rituales que ustede no podrán hacer). Consultas y preguntas
Ezequiel Asmodeus
Llevo más de 20 años realizando trabajos de amarres de amor, y se con certeza que no todas las personas están destinadas a tener una vida juntos, ello más que por poder, por deber, por muy triste que parezca los brujos, los verdaderos brujos, debemos determinar la viabilidad y factibilidad de un ritual de este tipo y muchas veces debemos de decir ¡no!